Si por algo me gusta la decoración es por la cantidad de variables que puedes manejar a la hora de crear cosas bonitas. Me gustan mucho las flores y la historia que os cuento hoy gira en torno a unos claveles junior blancos con filo en rosa que un buen amigo me regaló hace ya 15 días. (¡¡¡Gracias Vicente!!!)
Esta primera foto es del día en que me las regalaron. Ibamos a comer (por eso el regalo) y las puse en un jarrón de cristal transparente junto con unos palos de bambú. Me gustó mucho el efecto y dedidimos ponerlas en la mesa.
Según iban pasando los días, como es lógico, tuve que ir cambiando el agua y quitándoles un poquito de tallo para que no se envejecieran. Con sumo mimo y cuidado las separé de los tallos de bambú y las puse en el escritorio consiguiendo así que este íntimo rincón de mi salón desde el que os escribo todos los días fuera más alegre y acogedor... Además pensé que podía alegrar el efecto con los dos jarroncitos verdes, que en verdad son dos portavelas, que van estupendamente con los tonos de mi salón.
El sábado es el día que dedico a limpiar en profundidad mi casa, regar las plantas, arreglar las flores y, gracias a esta tarea doméstica, tenéis hoy esta entrada. Las cosas bonitas están en los detalles más pequeños y hoy tras arreglar mis preciosos claveles he querido enseñaros cuantas posibilidades decorativas puede tener un simple ramo de flores. Hoy mis flores lucen junto con unos portavelas en unos sencillos jarrones de cristal en la mesa esquinera del salón y me siento satisfecha del cálido resultado.

¡¡¡Decidido!!! Si algún día tengo, como dice mi abuela, "un duro y muchas perras" me ocuparé de que en mi casa siempre haya flores frescas.

CONSEJO DECÓ: Uno de los objetos decorativos que me parecen imprescindibles en una casa son los jarrones de cristal. Da igual el color del cristal pues, aunque yo prefiera los transparentes, siempre son una ayuda a la hora de lucir bonitas unas flores, llenarlos de piedras de río o ponerles unas velas dentro para darle un aire cálido a un centro de mesa. ¡Cuidado! si vamos a utilizarlos para flores, plantas y demás... ¡¡¡Los cristales de colores no dejan pasar bien la luz!!! ¿Qué dónde los pones si acumulas muchos y no tienes dónde guardárlos? Pues juntalos todos, forma composiciónes y ponlos encima de unas estanterías, en el alfeizar de una ventana (verás qué espectáculo cuando entra la luz), debajo de la consola de tu entrada, o encima de la cómoda de tú dormitorio. ¡¡¡Te gustará el resultado!!!